¿ENTONCES CÓMO ESTOS POEMAS LLEGARON A LAS ORILLAS INTERIORES DE QUIÉN SOY?
En la primera página del manuscrito, amarillenta por el paso del tiempo, cuando las escribí, figura la fecha de marzo de 1971. Tenía 32 años entonces, y desde donde estoy hoy, eso fue hace más de cincuenta años. Hoy soy abuelo, un Pappy, y el joven «yo» de entonces es como alguien del pasado que conocí. Estaba siendo la persona que necesitaba ser para ese, uno de los muchos viajes que conforman esta vida.
La Capilla del Molino de Viento en el Santuario del Lago SRF
Editarlos ahora es como mirar atrás. Este fue mi período místico de diez años como discípulo totalmente devoto del padre-madre creador, al que llamamos Dios por muchos nombres. Estaba en el camino del que cantaban los Beatles: «El largo y sinuoso camino que lleva a tu puerta». Paul escribió la canción en su granja en Escocia y luego dijo que era:
"Todo sobre lo inalcanzable; la puerta a la que nunca llegas... el camino al que nunca llegas."
Para mí, soy cristiano, pero busqué en todas partes para encontrar a dios - hinduismo, budismo y lei muchos libros. Mi vida hasta dios era un camino largo y sinuoso, al final llegué a mi puerta. Al igual que Steve Jobs, el fundador de Apple y tantos otros buscadores de la época, Me convertí en discípulo Paramahansa Yogananda. Durante muchos años, medité de cuatro a cinco horas diarias, asistí a cuatro o cinco servicios y reuniones semanales y dirigí mi propio grupo de meditación unos amigos especiales. Estaba loco por Dios. No iba a parar hasta alcanzar la superconciencia, alcanzar y abrir la puerta a lo que Jesús llamó el «reino de los cielos interior».
La fotografía a la izquirda fue tomada el 7 de marzo de 1952 en Los Ángeles, California, una hora antes del mahasamadhi de Yogananda: la salida consciente final del cuerpo de un yogui. Con una mirada llena de amor, bendice por última vez a sus millones de amigos, estudiantes y discípulos de todo el mundo.​
Steve Jobs dijo que leía su Autobiografía todos los años y que regalaba una copia a todos los asistentes a su funeral. Sus últimas palabras al morir fueron: «¡Guau!... ¡Guau!... ¡Guau!».
El monumento conmemorativo a Gandhi al lado del lago
El único lugar fuera de
la India donde se encuentran algunas de
las cenizas de Gandhi
Po muchos anos estaba escalando una montaña hacia la cima de mi ser, y estos poemas son la forma en que mi alma me ayudó a capturar momentos en el camino. No era algo que tuviera que hacer, solo apartarme para que sucedieran. Estaba aprendiendo a "dejarlo ser", como cantaban los Beatles en otra canción, y los pensamientos aquí surgían como si algo específico en mi propia vida estuviera, de hecho, "expresando palabras de sabiduría" desde mi propia y única forma de "dejarlo ser".
Los poemas han venido de una voz interior. Los comparto para que horita sean para ti, como lo fueron para mí, inspiraciones para conocer mejor y conectar con el espíritu interior. Mi viaje comenzó con la maravilla del descubrimiento y la devoción total a lo que acepté como el Dios padre-madre de la eternidad.
Mi esperanza con estos poemas es que abran una puerta a tus Guías Espirituales para que puedan abrazarte y elevarte, abrazarte fuerte y darte un apoyo interior fuerte. Todos somos parte de la misma familia, cada uno a su manera y con sus propias capacidades, trabajando para rendirnos como gotas de océano esperando ser elevadas a las brillantes nubes blancas de lo que nos han enseñado a llamar cielo.
Sucederá. Es nuestro destino y la razón por la que estamos aquí en este planeta, perdidos en este sueño de simulación cerebral que es una vida humana en un universo físico. Como dijo Einstein:
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"Lo que llamamos realidad es una ilusión."
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Lo real es el amor. Estamos aquí para encontrar y convertirnos en amor. Es el amor lo que nos eleva del océano humano. Es el único boleto para el viaje a casa.
Mi libro YA ESTA LA ETERNIDAD es la autobiografía de mis viajes físicos, así como de mis viajes de descubrimiento para convertirme en quien soy y llegar a donde estoy hoy. Este libro es la autobiografía de mi mente, de los viajes que realizaba en mi interior al mismo tiempo.
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Es para todos nosotros, algún día, en algún lugar, dejar de estar perdidos, saber quiénes y qué somos realmente y reencontrarnos con un amor que supera cualquier imaginación humana. Consideren estos poemas como pasos que espero les ayuden en su camino. Y cuando estemos listos para partir, rezo para que, como Steve Jobs, nuestras últimas palabras también sean para todos nosotros:
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'Oh guaya... oh guaya... oh guaya...'
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